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martes, 27 de agosto de 2019

La vida de mi pueblo es particular


  Montaña en Gor


Las vacaciones de mi vida han transcurrido siempre por períodos más o menos prolongados, en el precioso pueblo de Gor, en la zona Norte de Granada, de donde es oriunda mi familia, al que yo siempre he definido como una joya desconocida y maltratada.   

Gor se encuentra al pie del Cerro del mismo nombre y en su extensa sierra que conforma el mal llamado “Parque Natural de la Sierra de Baza”, nace el río Gor, discurriendo a través de un profundo cañón excavado durante millones de años que alberga importantísimos yacimientos arqueológicos del período megalítico, íbero, bizantino y árabe (como el de Las Angosturas), lo que no es de extrañar porque ya desde tiempos remotos los hombres se dieron cuenta de la belleza del enclave y de los recursos naturales con que éste les proveía.

Su altitud le proporciona una agradable temperatura media de veintiocho grados en verano, con noches frescas en torno a los dieciocho o veinte grados, lo que te permite dormir tapado con la sábana y hasta con la colcha, cuando en la mayor parte de Andalucía y del resto del país, se están cociendo.  Los inviernos son fríos, que es lo propio de las sierras del altiplano, y amanece en muchas ocasiones cubierto por la nieve convirtiéndose en una bella postal navideña. 

Si algo enriquece aún más el entorno es el silencio de la naturaleza y su atmósfera limpia, carente de cualquier tipo de polución porque no hay industria ni prácticamente coches, salvo en los últimos días de julio y hasta mediados de agosto, lo que permite a los niños vagar a sus anchas por sus calles y plaza, previo el reconocimiento realizado por los adultos con el tradicional "¿y tú de quién eres?".


Su población es de 736 personas durante la mayor parte del año, en su mayoría personas mayores que podrían verse favorecidas de servicios adaptados a dicha población si éstos existieran, lo que no sucede fuera de la “Residencia de Mayores San Cayentano” que cuenta con 85 plazas y que da trabajo a la mayor parte de la población activa.  El resto vive del campo, de la construcción, de la economía sumergida y de las ayudas oficiales y también hay trabajadores fijos que van y vienen diariamente desde otras localidades sin estar empadronados en el pueblo, lo que, dicho sea de paso, perjudica la dotación de servicios a los residentes.

Esta población se multiplica hasta por cuatro durante el período estival, especialmente durante la primera quincena de Agosto, puesto que sus fiestas patronales en honor de San Cayetano se desarrollan desde el seis hasta el diez de ese mes. Durante ese breve período que va desde el mes de julio hasta mediados del mes de agosto, el pueblo se llena de vida y de gentes que vienen de todas las regiones españolas y de fuera de nuestras fronteras, en su mayoría oriundos del pueblo que emigraron en los años de escasez y que vienen a compartir con familiares y amigos sus afamados encierros y corridas taurinas y la alegría de sus fiestas.

Como cualquier pueblo de la España vaciada de nuestro país, éste debería ser el momento en que los lugareños en edad de trabajar hicieran su “agosto”, ofreciendo servicios de calidad que animen a los visitantes a regresar, buscando, como en el cuento de la cigarra y la hormiga, guardar para cuando llegue el invierno y, sin embargo, en esto es donde mi pueblo se diferencia del resto del mundo: mientras que cualquier localidad española, por pequeña que sea, muestra su hospitalidad en forma de bares, cafeterías o restaurantes y actividades con que agasajar y atender a sus vecinos y visitantes, máxime cuando las cifras del paro son importantes, en Gor se cierra el único bar existente y no existen actividades, salvo la posibilidad de bañarse en la piscina municipal y aquellas que los vecinos y residentes se inventan de forma altruista y voluntaria para paliar el aburrimiento.

En Gor, desde que el día 18 de agosto, domingo, se marchara la caseta del último feriante, que tras las fiestas solo podía abrir desde las siete de la tarde y sin cocina, no existe ni un solo local donde desayunar, tapear, merendar o cenar, comprar un helado o chucherías, ver el fútbol, jugar a las cartas o departir con los amigos sin el engorro de hacerlo en las casas particulares. El único bar del pueblo, el "Bar Mora", decidió cerrar por vacaciones desde finales de julio hasta el próximo septiembre, a pesar de ser en esta época cuando mayor número de personas hay en el pueblo. El Hogar del Pensionista, que prestaba sus servicios a jubilados y visitantes provisto de bar y cafetería, también había cerrados sus puertas antes del verano sin que el consistorio lo haya acondicionado para sacarlo a concurso público.

Gor es un pueblo rico en recursos naturales, astronómicos, arqueológicos y de ecoturismo, absolutamente sin explotar. Su bellísima sierra tiene potencial para hacer todo tipo de recorridos, observación de flora y fauna, actividades cinegéticas, etc.  Sus gentes y dirigentes, mostrando una increíble miopía, no han querido subirse al carro del Geoparque de Granada en el que colaboran 47 municipios, (una iniciativa de desarrollo local supramunicipal basada en el valor excepcional del patrimonio geológico y los recursos naturales de la zona), ni de las Reservas Starlight, cuyo fin principal es la protección del cielo estrellado, la difusión de la astronomía y la promoción y gestión del astroturismo, a pesar de la indudable calidad de sus cielos. 

En Gor no existen plazas hoteleras (el Hotel Villa de Gor se encuentra en la Autovía A92 a 10 km del pueblo y Venta Nueva, enfrente del anterior y en sentido opuesto), albergues, mesones o casas rurales (a excepción de las regentadas por una familia de origen inglés que ha acondicionado unos apartamentos en el Molino de Felix que se anuncian actualmente en Airbnb en inglés; las cuevas del Atochal que solo abren los fines de semana y no todos, y que están a 3 km del pueblo o los apartamentos del Gorillo que están en Las Juntas a 7 km del pueblo, lo que nos puede dar un total de poco más de cincuenta plazas, estando al completo). Salvo quienes visiten el Molino de Félix que pueden ir andando al pueblo, el resto no dispone de transportes de conexión con el mismo por lo que no solo dependen de tener vehículo propio sino que, en muchas ocasiones, no llegan a conocer el pueblo. Tampoco hay empresa o empresario dedicado a la realización de actividades de entretenimiento, de turismo de naturaleza, arqueológico o de astroturismo. Ni tan siquiera cuenta con una buena red de comunicaciones, puesto que el único medio de trasporte público es un autobús que a las ocho menos cuarto de cada mañana, en días laborables, conecta con la vecina Guadix y que devuelve a los viajeros a medio día.  

Y en los casos anteriores no podemos echarles toda la culpa a las Administraciones Públicas de la Comunidad o del Estado como es habitual en este país, porque la realidad es que se han invertido fondos FEDER en el pueblo para dotar de servicios a la población en varias ocasiones, fondos que han caído en saco roto o han terminado convertidos en casas particulares de lujo tras agotar los cinco años previstos en la normativa de las ayudas para no tener que devolverlas.   

Lo triste de un agosto de vacaciones sin bares ni kioscos de helados o refrescos, es que está echando a aquellos que vienen a disfrutar del verano de su pueblo e impidiendo que otros nos visiten. No todos tienen la oportunidad de conducir cuatro kilómetros hasta la venta más cercana para tomarse un refresco o bien desean tomarse una cerveza o un buen vino de la zona sin el peligro de tener que coger después el coche. Y creo que todos los que amamos este pueblo y deseamos que no desaparezca, sacrificaríamos algo de este maravilloso silencio por escuchar la vida en sus calles y no pasear entre casas cerradas o acudir a estas alturas del verano a una plaza que a las diez de la noche se encuentra ya vacía.

Y es que un estío sin posibilidad de asueto para un pueblo vaciado, en palabras de García Márquez, es la "Crónica de una muerte anunciada".

2 comentarios:

  1. Gracias a todos los que me habéis hecho llegar vuestros comentarios a través de redes sociales y de mensajería. Espero que todos aprovechemos esta oportunidad para mejorar el futuro de nuestro pueblo. Saludos

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  2. He realizado dos modificaciones:
    La primera es añadir la existencia de Venta Nueva, al otro lado de la autovía en sentido Guadix, lo que no modifica el contenido de mi entrada al encontrarse a 10 km del pueblo.
    La segunda es que el consistorio sí ha sacado a concurso el Hogar del pensionista sin acondicionar, por lo que para optar a su gestión es necesario realizar un enorme desembolso económico, lo que dificulta encontrar a quien pueda realizarlo y cumplir con el alquiler y demás obligaciones que conlleva su gestión.
    Gracias a todos los que me estáis ayudando a dar una imagen fiel de mi pueblo. Saludos.

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